El costo de la vida-Juan Luis Guerra
Transitamos un tiempo que no podemos desaprovechar.
Y me refiero a nosotros. A la gran mayoría de ciudadanos resignados y silenciosos.
Los que siempre confiamos y dejamos hacer.
Pero la realidad, tozuda, nos demuestra una y otra vez que esa confianza es defraudada.
Quiero decir que debemos tomar la iniciativa. Y tenemos un medio: éste, mientras nos dejen.
Recuerdo que hace poco aquí, en España, se consiguió algo en apariencia intrascendente, pero muy significativo.
Alguien propuso en la red que no viésemos en la televisión una entrevista que se hacía a uno de los personajes mas corruptos de nuestra democracia - el preso Roldán, el exdirector general de la guardia civil- por razones de pura higiene.
Y la iniciativa tuvo éxito. La audiencia fue baja. Y las televisiones han desistido de llevarle por todas ellas como acostumbran.
Insisto, es imprescindible obligar a los políticos para que adopten determinadas medidas.
Los gobernantes y los poderes económicos nos han demostrado, además de su vieja y conocida corrupción, ambición y egoísmo, su ineptitud e incapacidad para reconducir los problemas cuando por su avaricia nos llevan a peligrosos precipicios.
Propongo el asunto del euríbor.
Los bancos se resisten a no seguir medrando y pisando el cuello a los ciudadanos, mientras sus altos directivos prosiguen con sus abultadas remuneraciones y sus atrocidades.
Un claro ejemplo. El 4 de diciembre de 2008, hace un mes, el Banco Central Europeo rebajó el tipo de interés al 2,50 %.
Pues bien, a pesar del ruego de los políticos y autoridades para que la banca adaptase el euribor - el tipo al que los bancos se prestan entre ellos el dinero- al tipo del BCE, no ha sido posible que la media de diciembre, aplicable para renovar las hipotecas, bajase del 3,425.
Conclusión: no sirve de nada esperar que los políticos y el BCE le digan a los bancos que deben ser buenos. Debemos exigirlo nosotros.
¿Cómo? Se me ocurre una forma: que se legisle de modo que el tipo de interés aplicable a las hipotecas sea el fijado por el BCE.
Y que se las apañen los cuervos entre ellos con el euríbor.
Necesitamos una propuesta en internet sobre esto.
No hay mas salida. Es nuestra hora.
2 comentarios:
Absolutamente de acuerdo contigo, Ernesto, como casi siempre, excepto un matiz, que en otras ocasiones te he comentado: los legisladores no van a legislar en contra de sus dueños. Salvo que como tú dices nos pusiéramos de acuerdo para obligarles, cosa bastante difícil con la ceguera generalizada. Y aún si eso se consiguiera, inmediatamente nos convencerían del caos encadenado que supondría desmontar el quiosco de repente. De ahí que vuelva a insistir en la necesidad de diseñar todo lo que se nos pueda ocurrir a larguísimo plazo. Para aplicar a partir de mediados de siglo, y que a nadie le pille de sorpresa y los auténticos amos no vean peligrar sus vidas, cosa que impediría cualquier acción, pues la puñetera realidad es que controlan absolutamente el cerebro comunitario, y no lo consentirían.
En cualquier caso me alegra infinito observar que ya ves alguna posibilidad en este medio, internet, y que sigues creyendo y difundiendo algo de suma importancia: que es nuestra hora.
Gracias por ello.
wallace97
El propósito es ese: que los ciudadanos obliguemos a los políticos a legislar cosas concretas por ser de interés general.
Desde una sociedad democrática - no veo otra mejor- lo principal a largo plazo es conseguir unos partidos políticos que ejerzan la democracia interna de modo transparente y real, combatiendo la corrupción antes que nada.
Así se fomentaría la participación en ellos y elegiríamos a nuestros representantes desde dentro.
Y no como ahora sucede, que son designados desde arriba.
Con ello, los elegidos sólo se sienten obligados con el lider que los designa y les importan un rábano los ciudadanos que luego les votamos por el logotipo del partido, sin conocer siquiera al individuo que figura en la papeleta de nuestro distrito.
A internet le veo posibilidades en este sentido. Lo que no encuentro es la forma material, física, de aunar voluntades.
Te diré una cosa - para ti y para mi- : me canso de iniciar proyectos por su futilidad.
Por ejemplo, me había empeñado los últimos días en la cosa de los tipos de interés de las hipotecas, al ser millones de españoles los afectados y tener una repercusión inmediata y notable en el bolsillo de todos ellos. Con ello impediríamos que los únicos beneficiados fuesen, una vez mas, los bancos.
Hoy iba a documentarme sobre las competencias del Banco de España en el asunto para intentar una especie de e-mail/tipo que los internautas podíamos enviar de forma masiva al Banco de España, instando a que se adopte esa medida: que el tipo aplicable a las hipotecas sea ¡ya! el fijado por el BCE.
Pero me doy cuenta que es un tema muy tedioso y decido aparcarlo para mejor ocasión.
Saludos.
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