viernes, 23 de mayo de 2008

Las prisas no son buenas



Solo le pido a Dios (Mercedes Sosa)

Dicen que Dios hizo el mundo en sólo seis días. Y para que nos vamos a engañar; se notan las prisas. Esta frase atribuida al escritor Manuel Vicent encierra bastante verdad.

Dicen que creó al hombre de un trozo de barro, a su imagen y semejanza. A ese hombre le llamó Adán.

Luego, de una costilla de él, creó a la primera mujer a la que llamaron Eva. No recuerdo bien si el nombre lo eligió Dios, Adan o a medias.

Si Dios se hubiese tomado algo mas de tiempo, podría haber pensado que el barro no es el material mas idóneo para obtener la mejor calidad humana.

El barro es excesivamente moldeable, poco resistente y muy frágil. Además, ya se sabe, es muy poroso y pierde sustancia, agua.

Así, el hombre, antes o después, al ser de barro, es natural que termine enfangado.

Para hacer búcaros, macetas o jarrones, no digo yo que no esté bien. Pero para fabricar un hombre, me parece un poco chapuza. Dicho sea sin ánimo de molestar.

En cuanto a dar vida a Eva a través de una costilla de Adán, estoy seguro que Dios, de haber tenido tiempo suficiente, habría tomado otro puñado de arena, algo de agua y con el barro obtenido, moldear el siguiente ser humano.

Quizas no lo hizo porque ¿a imagen y semejanza de quién la habría hecho?

Por otra parte, el motivo por el que decidió crear a la mujer, parece ser que fue "porque no era bueno que el hombre estuviese solo” Y se dijo; “démosle una compañera"

Es decir, las prisas no le dejaron ver que una mujer no debe basar su existencia en entretener al hombre.

A continuación los puso a vivir en un sitio inmejorable. Por lo que cuentan, era un lugar paradisíaco.

Allí les dio libertad para que fuesen felices e hicieran lo que se les antojase.

Pero por mor de las prisas, a Dios se le ocurrió una estupidez, dicho sea con el debido respeto y consideración. Les prohibió comer la fruta de un determinado árbol. Creo que le llamó el árbol de la ciencia del bien y del mal.

Que ya son ganas de eufemismos. Porque el dichoso árbol no era mas que un simple manzano.

Por cierto, en el Mercadona de mi barrio, ahora es la fruta mas asequible, junto con las peras.Ayer compré una bandeja de kilo y medio por 1,80 euros .

Bueno a lo que vamos. A lo de las prisas de Dios para hacer este jodido mundo de nuestros pecados.

Pues eso, Dios con las prisas, no tuvo mayor ocurrencia que crear un bicho rastrero que no tiene otra ocupación que pasearse por donde estaba Eva y sin campaña de televisión, ni cortingleses, ni publicistas, va y la convence de que este año lo que se lleva y la tendencia y tal es el tema de la manzana.

Y por esa pamplina, aquí estamos siglos y siglos calentándonos los cascos con que si hay problemas, que si las guerras, que si los pobres, que si las desigualdades, que si las enfermedades, que si los asesinos, etc…etc...

Y menos mal que, al cabo del tiempo, Dios mandó a su hijo y este hombre a su vez les dejó el encargo a unos señores que se visten con sotanas y dan misas los domingos y fiestas de guardar y nos adecentan el futuro para mandarnos otra vez a la finca esa paradisíaca.

Que digo yo, que Dios se habrá encargado o bien de que no esté ya por allí la bicha esa de los cojones o de no ser así, supongo que habrá mandado podar todos los manzanos.

No lo tengo claro. Este hombre con las prisas, lo mismo no ha caído tampoco en la cuenta.

En fin, que Dios nos coja confesados.

HASTA SIEMPRE

LA DIGNIDAD

ZAMBA DE MI ESPERANZA - Jorge Cafrune -

ERNESTO

ERNESTO
Ernesto Guevara de la Serna

ALLENDE

ALLENDE
Salvador Allende Gossens

CAFRUNE

CAFRUNE
Jorge Cafrune Herrera
En 1977, eran tiempos difíciles para Argentina. El gobierno estaba en manos de la dictadura militar.

A diferencia de otros artistas comprometidos, que se exiliaron cuando comenzaron las amenazas y las prohibiciones, Cafrune decidió quedarse y seguir haciendo lo que mejor sabía hacer: cantar y opinar cantando y haciendo.

Fue así que en el festival de Cosquín de enero de 1978 cuando su público le pidió una canción que estaba prohibida, Zamba de mi esperanza, entonces Jorge Cafrune tocó el tema argumentando que "aunque no está en el repertorio autorizado, si mi pueblo me la pide, la voy a cantar".

Según testimonios que se consignan en el Nunca más, eso ya fue demasiado para los militares, y en un campo de concentración de Córdoba ,el Teniente Coronel Carlos Enrique Villanueva opinó que “había que matarlo para prevenir a los otros”.

El 31 de enero de ese año. A modo de homenaje a José de San Martín , Cafrune emprendió ese día una travesía a caballo que lo llevaría a Yapeyú , lugar de nacimiento del libertador.

Esa noche, a poco de salir, fue embestido a la altura de Benavidez por una camioneta conducida por un joven de 19 años, Héctor Emilio Díaz.

Jorge Cafrune falleció ese mismo día a la medianoche, pero el hecho nunca fue esclarecido y para la justicia quedó sólo como un accidente.