viernes, 9 de mayo de 2008

La cuerda de la locura

Las buenas gentes caminan -cada vez con mayor frecuencia- balanceando sus cabezas cual elefantes por su senda, diciéndose a sí mismos con voz muy queda : estamos volviéndonos locos.

El Grito(Munch)

Los especuladores y todos aquellos que solo viven para acumular riqueza material, toda esa gente guapa con prisas para llegar pronto a ninguna parte, son la vanguardia decidida a conducirnos a la inmensa mayoría al límite del precipicio, al borde de la locura.

Son los portadores del virus que contagian su enfermedad: la maldad, la imbecilidad, la locura al fin.

Los que sin descanso siguen dando cuerda al mecanismo para impedir el triunfo de la salud mental.


Mecanismo de cuerda de un reloj



Por eso, nosotros, ya enfermos y cuando el tiempo nos alcanza, volvemos a la cordura y miramos hacia atrás.

Y es cuando comprendemos que ya es imposible recuperar el tiempo perdido para la ternura.

Entonces, serenos y lucidos, nos preguntamos:

¿Quién me ha robado el mes de abril?

¿Como pudo sucederme a mí?

Los que antes de que llegase abril, allá por los idus de marzo, gritábamos con todas las fuerzas que era imprescindible decir no, éramos tomados por estúpidos iluminados, gente peligrosa, pusilánimes, cobardes acomplejados de mierda, en definitiva.

Sin embargo, siempre llega abril y los "triunfadores" nos lo siguen robando.

HASTA SIEMPRE

LA DIGNIDAD

ZAMBA DE MI ESPERANZA - Jorge Cafrune -

ERNESTO

ERNESTO
Ernesto Guevara de la Serna

ALLENDE

ALLENDE
Salvador Allende Gossens

CAFRUNE

CAFRUNE
Jorge Cafrune Herrera
En 1977, eran tiempos difíciles para Argentina. El gobierno estaba en manos de la dictadura militar.

A diferencia de otros artistas comprometidos, que se exiliaron cuando comenzaron las amenazas y las prohibiciones, Cafrune decidió quedarse y seguir haciendo lo que mejor sabía hacer: cantar y opinar cantando y haciendo.

Fue así que en el festival de Cosquín de enero de 1978 cuando su público le pidió una canción que estaba prohibida, Zamba de mi esperanza, entonces Jorge Cafrune tocó el tema argumentando que "aunque no está en el repertorio autorizado, si mi pueblo me la pide, la voy a cantar".

Según testimonios que se consignan en el Nunca más, eso ya fue demasiado para los militares, y en un campo de concentración de Córdoba ,el Teniente Coronel Carlos Enrique Villanueva opinó que “había que matarlo para prevenir a los otros”.

El 31 de enero de ese año. A modo de homenaje a José de San Martín , Cafrune emprendió ese día una travesía a caballo que lo llevaría a Yapeyú , lugar de nacimiento del libertador.

Esa noche, a poco de salir, fue embestido a la altura de Benavidez por una camioneta conducida por un joven de 19 años, Héctor Emilio Díaz.

Jorge Cafrune falleció ese mismo día a la medianoche, pero el hecho nunca fue esclarecido y para la justicia quedó sólo como un accidente.